Todo pasa... y esto también pasará

El sábado estuve leyendo un libro de Martha Alicia Chávez cuyo objetivo es llegar a gente joven explicando en sencillas palabras lo que es un proceso de duelo y algunas estrategias para cerrar esta etapa. Les comparto algunos fragmentos de este y ojalá se animen a leerlo:

                                    

  • Curar la herida no significa olvidar. Es un error suponer que al superar algo lo vamos a olvidar. No es así, lo recordaremos toda la vida, pero sin carga emocional, sin sufrimiento. Es como cuando una herida física que en un momento dado estuvo abierta, inflamada, infectada, sana y se convierte en cicatriz. La cicatriz es el recuerdo perenne de que aquello pasó, mas ya no duele como cuando estaba la herida abierta.
  • Jung sostenía que los símbolos les dan a las personas una forma de enfrentarse con sus problemas, una forma de hacer más llevadera y comprensible la condición humana... los símbolos tocan nuestras tendencias centrales más profundas y proporcionanan lo que Jung llama experiencias numinosas, experiencias que comunican poder espiritual o significación especial a quienes afectan.
  • Transmutar sentimientos implica mudarlos a un estado vibratorio distinto, más sutil, más elevado. Es mucho más que transformar, como decían los alquimistas: convertir el plomo en oro. Así pues, transmutamos el dolor, la ira, la culpa, la desilusión, en una pintura, un poema, un sabio aprendizaje, un libro, la creación de una institución, un acto de amor. Muchas personas en el mundo, a partir de una dramática y dolorosa experiencia de pérdida, han generado constribuciones trascendentes a la humanidad.
  • Dice Fritz Pearls, pionero de la corriente psicológica llamada Gestalt, que el insomnio crónico que no tiene causas orgánicas puede deberse a que la persona tiene muchos asuntos inconclusos en su vida, como heridas no sanadas, resentimientos no perdonados, problemas no enfrentados, ya que cuando dormimos se inactivan los mecanismos de defensa que en la vigilia los sirven para evadir, negar o distorsionar la realidad; entonces en la noche, durante el sueño, surgen todas esas realidades que no hemos resuelto y nos despiertan. A nuestro inconsciente le urge más cerrar esos viejos asuntos inconclusos que dormir.
  • Existe una parte de nuestra mente que podríamos decir, es ingenua; no tonta, no ignorante sino ingenua. Es la misma que es vulnerable a la mercadotecnica y cuando nos ponemos un pantalón, unos tenis, un reloj o unos lentes de equis marca, de veras creemos que valemos más y en realidad lo sentimos, pensamos y nos comportamos como si fuera verdad. Igualmente, esa misma parte de la mente, digamos que "se cree" que el símbolo utilizado en el ritual es lo que estamos representando en él.

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