El libro Esclavos del tiempo Vidas aceleradas en la era del capitalismo digital, fue escrito por Judy Wajcman, una socióloga australiana. La versión que tengo fue impresa en marzo de 2020 y lo conseguí en una librería Gandhi.
En 257 páginas nos muestra paradojas y paradigmas relacionados con el tiempo actual, donde parece ser que cada vez tenemos menos pese a todos los avances tecnológicos, donde no solo se trata de lo digital sino también de bienes como una lavadora por ejemplo o los mismos automóviles que han hecho grandes cambios. En el caso de las lavadoras, uno pensaría que con estas, el ama de casa tendría más tiempo libre pero no es así, tal parece que esto conlleva a nuevas exigencias buscando más limpieza y perfección en los hogares, lo cual se agrava en aquellas mujeres que son madres y también trabajan, los automóviles que nos darían velocidad y nos ayudarían a disminuir tiempo en traslados, se convirtieron en lo contrario, pues está el problema de tráfico vehicular. ¿Para qué hacen autos más veloces si hay un límite de velocidad?.
Por cuestiones de tiempo, decidí dejar algunos fragmentos que encontré en el libro para mostrar un poco de su esencia e invitar a que puedan leer esta obra para que tengan sus propias reflexiones:
- A qué dedica la gente su tiempo es importante para su calidad de vida independientemente de los ingresos generados, tal como los economistas y hasta gobiernos han empezado a entender. En Francia se creó la Comisión sobre Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social con el presidente Nicolás Sarkozy, donde inició la exploración de los límites del Producto Interno Bruto (PIB) como indicador de desarrollo económico y progreso social, y se concluyó que <<ha llegado la hora de que nuestro sistema estadístico se centre más en la medición del bienestar de la población que en la medición de la producción económica>>.
- El empleo femenino coincidió la con la cultura del exceso del trabajo, convirtiendo a los trabajadores en <<esclavos voluntarios>> que están dispuestos a trabajar jornadas cada vez más largas en un sociedad que equipara el hecho de estar muy ajetreado con el éxito y el estatus.
- Hay razones psicológicas profundamente arraigadas de ese consumo aparentemente innecesarios en una sociedad capitalista en la que la percepción del yo y la sensación de libertad de la gente pasan a verse definidos por el dinero y las posesiones.
- Comprar bienes constituye una práctica social orientada a otros. La exigencia de que los individuos refieran su propia identidad a través de estilos de consumo comporta la necesidad de probar experiencias nuevas y variadas, lo que a su vez lleva a los individuos a la búsqueda insaciable de otras prácticas culturales.
- El tiempo ahorrado por electrodomésticos, se descubrió era consumido por otros, por ejemplo para estar más tiempo viendo el televisor.
- John Maynard Keynes imaginó que a comienzos del siglo XXI, solo se tendría que trabajar tres horas al día para cubrir todas las nuestras necesidades. En cambio, parece haber ocurrido lo contrario, las máquinas no nos han liberado del trabajo de este pronóstico, paradójicamente la aceleración se ha visto acompañada de una sensación de falta de tiempo.
- Las luchas entre los dueños del trabajo y del capital por el uso del tiempo y la intensidad del trabajo han sido endémicas. Hicieron falta varias generaciones para inculcar los nuevos hábitos de trabajo y la nueva disciplina temporal.
- Si se podía inculcar a la gente la nueva disciplina temporal en las primeras etapas de la vida, esta se mostraría más dispuesta a satisfacer las crecientes demandas de sincronización del puesto de trabajo.
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